Hace unos años se encontró en Paris sin siquiera hablar el idioma, él mismo nos cuenta que llegó con dos maletas e igual como llegó se encontró estudiando en ESMOD París, sin planearlo ni pensarlo simplemente buscó escuelas y decidió que era la mejor opción. Así, vuelve a México en 2007, durante el proceso de renovación de su contrato en Givenchy, viene de vacaciones y decide quedarse
“Ví a amigos que no había visto en siglos, como Ale Quesada, quien estudió un año conmigo en París; empecé a salir; ví que México estaba muy divertido y como que estaban tratando de pasar cosas. La verdad es que te replanteas muchas cosas como: ¿qué prefiero? ¿estar aquí? a lo mejor hacer algo yo solo, pasármela bien o ¿estar allá metido en una oficina todo el tiempo que ni disfrutas la cuidad? fue una decisión impulsiva”, comentó en entrevista exclusiva para DFinitivo.com el afamado diseñador.
En ESMOD estudió diseño y patronismo, después hizo su maestría en el IFM donde fue la quinta generación de la maestría de moda, entre 500 personas seleccionan a 10.
Carlos nos cuenta que en el IFM las oportunidades que se van dando son muchas ya que es la escuela más importante de managment de moda en el mundo desde los años 80’s y toda la gente que trabaja en las empresas más grandes de este rubor provienen de dicha institución “por esto es muy fácil que te conecten”, es así como se dio su colaboración en proyectos con Vuitton, Chanel, Hermés, etc., sin olvidar a Givenchy, la más importante, ya que es ahí donde entró a trabajar terminando la maestría en el IFM.
“Es otro nivel que en México es de estar en la oficina a las 8 de la mañana y salir a medianoche, no tienes fines libres en un año. En desfiles, por ejemplo, estás en la oficina y no te vas a casa, medio te duermes en el sillón; diseñaba 50 o 60 cosas diarias de las que tal vez se producían 3, ahí si se delega cuando es un trabajo personal o más pequeño es donde es importante saber diseño y patronismo ya que todo lo haces tú mismo e incluso a veces ni siquiera diseñas sobre papel lo haces directo en el maniquí”, señaló Carlos.
“Eran 6 colecciones al año entre 5 diseñadores, éramos como una familia, en muchas otras firmas hay 20 personas y es más aburrido, además te involucras menos, lo negativo es que no tenía vida, en un momento dije: ya no puedo más. Aparte estás haciendo algo para un director de arte, mi vida en ese año fue pensar en lo que tenía que hacer en el trabajo, en la siguiente colección, pero fue una experiencia increíble aprendí y me divertí muchísimo, llegué hasta donde quise llegar” , manifestó el diseñador mexicano.
En esta colección TEMORES y Ortega decidieron que la ropa debía ser sencilla, muy usable, de excelente calidad y diseño, dándole todo el punch estético con los accesorios algo diferente que la gente no está acostumbrada a ver; las piezas son de latón cortado con hidro jet y pintados en electrostático.